El chico, la señora, Travolta y el autobús

Publicado: 24 May 2014 en Vivencias

Asiento reservado
Imagínate: lunes por la mañana. Hora punta. Un autobús urbano repleto de gente camino del trabajo, la escuela o vete tú a saber dónde.

Unos pocos dormitan, otros cuantos escuchan música y la mayoría curiosea el Facebook o chatea por Whatsapp. Nadie conversa. Yo, que he tenido suerte de encontrar un asiento libre, dormito con la cabeza apoyada en el cristal. Los lunes son muy duros.

En una de las muchas paradas que hay en la ruta sube la señora de la historia. Unos 65-70 años, bajita, regordeta, pelo cardado y teñido en rubio platino. Labios marcados y remarcados de carmín rojo pasión (y con algo de Botox) y varios litros de perfume encima… Ese perfume intenso que va a ambientar el autobús el resto de la mañana.

No va sola. Viaja con un hombre bastante más joven, cuarenta y pocos, que, espero y deseo, que sea su hijo. Alto, moreno, pelo engominado con coleta y gafas de sol, aunque casi es de noche. Patillas largas y barba de tres días perfectamente estudiada. Chaqueta de cuero, botas y varios botones de la camisa desabrochados.

En los autobuses de aquí hay dos asientos de disinto color al resto. Un dibujo indica que están reservados a embarazadas, mamás (o papás) con bebés, ancianos y discapacitados. En uno de ellos viaja un chico, un chavalín que no debe llegar ni a los veinte. En comparación al otro protagonista masculino de la historia, éste lleva chándal y unas zapatillas viejas, pelo corto y cara delgada, pálida y pecosa.

La pareja avanza con paso firme, apartando bruscamente al resto del pasaje que viaja de pié. Directos al asiento verde que ocupa el chico. Empieza el show.

-Ven, siéntate que aquí hay sitio. Eh, tú. Levántate de ahí. ¿no ves que está reservado para los mayores?

No hay un por favor, ni una sonrisa… Sólo una órden vociferada lo suficientemente alta para que el resto del pasaje despierte, apague la música, deje el Whatsapp y se vuelva hacia el trío que va a suponer el centro de atención en los próximos minutos.

Inmediatamente la cara del chico pasa del blanco lechoso al rojo intenso (más incluso que el carmín de la señora, que le llega casi hasta las fosas nasales). Creo escucharle balbucear alguna negativa, o quizá ni siquiera le han dejado hablar. John Travolta se da cuenta de que es presa fácil y pasa al ataque. En este momento acabo de adivinar el final de la historia.

No sé si sigo el órden correcto, pero es algo así:

-No tienes vergüenza, mira que no dejarle el sitio a una persona mayor.
-Ay, con lo cansada que estoy hoy… Qué maleducado que es este niño, Juan Jesús.
-Se está perdiendo el respeto hacia los mayores, en mis tiempos no pasaba esto.
-Creo que me estoy mareando, qué barbaridad.
-Esta juventud ha perdido los valores y los principios cristianos.

El tono de voz, y la tensión, sube por momentos. El resto, murmura y miramos descaradamente la escena. John busca la aprobación del público con gestos después de cada intervención. Unos pocos se la dan, otros muchos hacen como que no han dejado nunca el Whatsapp o el Facebook. Yo le miro fijamente.

Todo está pasando muy rápido, menos para el chico. Uno o dos minutos como mucho. Llegamos a la siguiente parada. Se abren las puertas. Él saca dos muletas de debajo del asiento, se levanta a duras penas y arrastrando las dos piernas baja del autobús.

Nunca sabré si ése era realmente el final de su viaje.

comentarios
  1. Cecilia dice:

    Gracias por compartir esta informacion. Deja mucho que pensar…no se han perdido todavia los valores, solo los Buenos modales.

    • Martha dice:

      Hola. Creo que se ha perdido el respeto a los espacios comunes y en su lugar, dichos espacios se han convertido en zonas de lucha. Es un tema con mucha tela de donde cortar. Saludos parpadín

  2. Beatriz dice:

    Parpado…acabo de salir de una crisis miastenica que me tuvo 20 dias internada 9 de ellos en terapia intensiva. Con mucho miedo a que se repita! Preciso alguna palabra alentadora de parte tuya. Me opere del timo el 16 de abril…todo bien con la cirugía pero al mes y dias tuve falta de respiracion…no podia tragar ni toser asi que me internaron…entubada como una semana. Dios quiera que no vuelva a pasar. Estoy con Mestinon, aziatropina y corticoides 40 mg. Quiero tener garra para toda la vida ! Me siento tan debil…Besos para todos y preciso sus palabras por favor

    • Hola, Beatriz!

      La MG necesita muuuuuucha paciencia. Los primeros años son los más duros. Es difícil dar con la combinación de medicamentos adecuada y, además, los efectos de la timectomia no son inmediatos. Se dice que tarda en hacer efecto entre 1 y 5 años…
      Al final, siempre acaba saliendo el sol.
      Saludos

      • Beatriz dice:

        Si Párpado…paciencia tengo. Tengo miedo. Estoy atenta a cada síntoma …si estoy un poco lenta para masticar…si respiro bien…si mis brazos soportan levantados cuánto tiempo…si modulo bien…podré volver a mi trabajo, entre la cirugía del timo y la crisis e internacion hace como 2 meses y medio que no trabajo.
        Y despues pienso que no quiero tirarme en una cama a llorar porque de nada me sirve. Le tengo que poner garra. Por mi…por mi esposo que es un gran compañero y por toda mi gente.
        De verdad gracias Parpado. En este blog encontré un poco de tranquilidad.
        Que todos estemos mejor.

        BEATRIZ

      • Beatriz dice:

        Me encantó Párpado lo de AL FINAL, SIEMPRE ACABA SALIENDO EL SOL…
        Mil gracias por esa frase…
        besos y espero que estén todos bien

    • Martha dice:

      Hola Beatriz, no tengas miedo, ya diste el primer paso para tratar de mejorar tu condición, ahora solo dale tiempo a tu cuerpo. Un abrazo!

  3. Elizabeth dice:

    Parpado por que ya no escribes que pasa contigo?

Deja un comentario